viernes, 4 de septiembre de 2009

Una fachada ventilada es aquella que tiene una capa exterior abierta o con juntas abiertas que permite el movimiento de aire entre la capa exterior y la interior, generando una delgada cámara de aire, de esta manera cuando el sol de verano calienta la capa exterior, ésta calienta el aire del interior, provocando un movimiento ascendente que ventila la fachada, y durante el invierno este tipo de fachadas aíslan del frío, impidiendo la transmisión térmica entre el interior y el exterior de la fachada.
Este sistema constructivo funciona independiente del material utilizado: una fachada ventilada puede ser de aplacado de piedra, de cerámica, de madera y por supuesto de vidrio. Suelen ser fachadas con un espesor considerable, debido a que tienen que tener varias capas.




A diferencia del muro cortina que es un sistema constructivo para hacer cerramientos exteriores (fachadas) ligeros que se caracteriza por ser generalmente de vidrio, soportado por una subestructura (normalmente metálica) que se sujeta a la estructura del edificio. Son fachadas muy ligeras y con poco espesor cuyo buen funcionamiento térmico depende en gran parte del acristalamiento utilizado.
En sí son conceptos que no tienen nada que ver, o mejor dicho, que pueden complementarse. No todas las fachadas ventiladas son de vidrio ni todas las fachadas de vidrio, como los muros cortina, son ventiladas. A decir verdad, tradicionalmente los muros cortina no son ventilados, aunque podría llegar a hacerse una fachada con varias pieles.
Otro concepto que tiende a confundirse es, la fachada convectiva es un tipo de fachada ventilada, que aprovecha de forma más inteligente (o eficiente) la energía.
Funciona mejor si tiene aportación de energía solar, o sea, si se orienta al norte en nuestro caso. Esto es así porque lo que se intenta es "capturar" la energía en invierno (permitiendo la entrada del aire calentado en la fachada), o usar la propia energía (calor) para forzar la ventilación de la fachada y evitar así su entrada en el edificio, en verano. Si no hay aportación de energía, no funciona ni una cosa ni la otra.